Todo comienza muy bien.
Tú me llamas y contesto.
que me extrañas y concuerdo,
que me quieres y te creo;
que si nos vamos a ver
y mis planes los cancelo;
que si quiero acompañarte.
Siempre digo: por supuesto.
Y luego casi todo es felicidad
hasta que me presentas como amiga
y yo me callo mejor
aunque quisiera gritar que no,
que los amigos no
se besan en la boca.
Los amigos no se extrañan todo el día, gente loca.
Los amigos no se llaman a las dos de la mañana.
Los amigos no se deberían dormir en la misma cama.
Los amigos no
se conocen todo el cuerpo.
Por eso anda ve e inventa otra palabra, no te creo.
Amigos no, por favor.
Amigos no, por favor;
porque los amigos no se hacen el amor.
Y entonces digo:
esta fue la última que nos veremos.
No me merezco ser de nadie
su juguete, su pasatiempo.
Pero algo pasa cuando vuelves a llamar
y salimos de nuevo;
todo es tan perfecto
hasta ese momento en que me vuelves a presentar
que los amigos no
se besan en la boca.
Los amigos no se extrañan todo el día, gente loca.
Los amigos no se llaman a las dos de la mañana.
Los amigos no se deberían dormir en la misma cama.
Los amigos no
se conocen todo el cuerpo.
Por eso anda ve e inventa otra palabra, no te creo.
Amigos no, por favor.
Amigos no, por favor;
porque los amigos no se hacen el amor.
Porque los amigos no se hacen el amor.